Síntomas de la Legionella

La legionella es una bacteria que se encuentra normalmente en el agua estancada, en torres de refrigeración y en instalaciones que se encuentran en contacto con el agua. Esta puede contagiarnos muy fácilmente al entrar en contacto con el sistema respiratorio, normalmente por su inhalación al respirar, causando lo que se denomina como legionelosis. De allí la importancia de la prevención y control de la legionella.

Los síntomas de la legionella pueden presentarse en menor gravedad con una fiebre aguda, denominada Fiebre de Pontiac o en mayor gravedad con un cuadro infeccioso a nivel pulmonar, el cual se conoce como Enfermedad del Legionario. En ambos casos se debe contactar a un médico especialista para solventar la infección generada por la bacteria.

A continuación compartimos más detalladamente los síntomas de la infección por legionella:

• Fiebre
• Tos seca o con flema
• Dolor Muscular
• Dolor de Cabeza
• Agotamiento o cansancio
• Escalofríos
• Problemas respiratorios:

Debido a que esta bacteria ingresa al sistema mediante la inhalación, muchos de los problemas que ocasiona suelen ser respiratorios, y según su grado de afectación, esta puede generar desde una simple tos hasta Neumonía.

Muchos de estos síntomas son los que se presentan en un cuadro clínico de gripe, por lo que los pacientes se confunden con frecuencia. Por esta razón es recomendable visitar a un médico y que sea el quien identifique la precedencia del malestar. La presencia de esta bacteria en el organismo puede generar mayores consecuencias con el tiempo.

Ahora que se conocen los síntomas de la legionella es relevante conocer cómo evitar su proliferación, y si ya está dentro de las instalaciones ¿Cómo controlarlo para prevenir enfermedades? La respuesta está en la siguiente sección.

Prevención de la legionella

Para evitar esta enfermedad, se necesita tener en cuenta que la bacteria prolifera en acumulaciones de agua a temperaturas mayores de 30ºC, por lo tanto es necesario tratar con especial cuidado cualquier instalación que contenga agua.

Debido a que el agua es indispensable para la vida, se hace inevitable que las personas tengan contacto con tuberías, calentadores, torres de refrigeración y el resto de instalaciones por las que son tratadas las aguas.

En el exterior, para prevenir una enfermedad bacteriana basta con evitar la cercanía a aguas estancadas. En el hogar, se pueden tomar distintas medidas preventivas como:

• Inspeccionar periódicamente las instalaciones de agua del hogar: Esto se puede realizar con la ayuda de un equipo o empresa especialista en el tratamiento, mantenimiento y reparación de los sistemas de agua.
• Contar con un sistema de circulación de agua: Esta opción permite la purga de las tuberías de agua del hogar. Dicho sistema también debe tener mantenimiento para evitar acumulaciones de agua que atraigan a la bacteria.
• Limpieza de aires acondicionados: El uso de estos electrodomésticos es indispensable para mantener agradable el ambiente del hogar, sin embargo, también es un medio de proliferación de la legionelosis si no se realiza la limpieza del filtro que poseen con frecuencia.

Además de estas medidas se recomienda, estar muy atento ante la presencia de cualquiera de los síntomas de la legionela. Acudiendo a la realización de exámenes médicos en caso de presentar alguno, para evitar un mayor alcance de la enfermedad o descartarla.

Control y Tratamiento

El control y tratamiento en instalaciones debe ser realizado por expertos en materia higiénica-sanitaria, siguiendo las indicaciones establecidas por el Ministerio de Sanidad, ya que es el ente encargado de establecer la normativa correspondiente para su tratado.

Una de las normas que se establecieron para controlar la aparición de esta bacteria es la Norma UNE 100030-2005, en la cual se encuentran las medidas necesarias para su control, prevención y diseminación, por medio de la instalación de equipos que desinfecten las instalaciones según su nivel de severidad.