Hoy vamos a hablar de algo que, aunque no se ve, es esencial en nuestro día a día: los grupos de presión que hacen que el agua llegue con fuerza a nuestros grifos. Una instalación técnica que garantiza que podamos ducharnos, lavar los platos o poner la lavadora sin problemas de caudal.
En TBA Control de Agua nos encargamos de revisar, cuidar y mantener estos sistemas para que no falle nada. Y ahora te contamos por qué es tan importante tenerlos siempre a punto.
¿Qué es un grupo de presión?
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Piensa en un grupo de presión como en una especie de corazón del agua en tu edificio. Se trata de una bomba (o varias) que se encargan de dar fuerza al agua para que suba hasta los pisos más altos. Porque claro, la gravedad no ayuda mucho cuando vives en un sexto sin presión suficiente…
Esta bomba no está todo el día funcionando. Solo se activa cuando alguien abre un grifo o necesita agua. Y eso lo controla un aparatito llamado presostato, que detecta cuándo la presión baja y manda encender la bomba.
Además, muchas instalaciones llevan lo que se llama un vaso de expansión (o calderín), que hace que todo funcione de forma más suave y ayuda a que la bomba no trabaje más de la cuenta, alargando su vida útil.
¿Y cómo sabe cuándo encenderse?
Muy fácil: el presostato detecta la presión del sistema. Si está bien, la bomba se queda quieta. Pero si alguien abre un grifo y la presión empieza a bajar, el sistema lo detecta y justo entonces es cuando arranca la bomba para que tengas agua con buena presión.
Cuando dejas de usar el agua, la bomba sigue un poquito más hasta que se recupera la presión ideal en el vaso de expansión. Y una vez alcanzada, se apaga sola. Todo esto pasa sin que te des cuenta. Pero si algo falla… lo notas. Y mucho.

¿Por qué es importante hacerle mantenimiento?
Porque si no se cuidan, los grupos de presión fallan. Y cuando eso pasa, llegan los problemas: agua que no sube bien a los pisos altos, duchas con chorros flojos, averías en calderas, e incluso riesgo de que se acumulen bacterias peligrosas en los depósitos de agua.
Uno de los mayores riesgos es la legionella, una bacteria que puede proliferar si el agua no circula bien o si se estanca. Un grupo de presión en buen estado ayuda a que el agua esté siempre en movimiento y a la presión adecuada, evitando que aparezcan estos bichos indeseables.
¿De dónde vienen los fallos más comunes?
La mayoría de los problemas de agua en los edificios no vienen de la red general, sino de dentro del propio inmueble. A veces es culpa de una avería puntual, pero en muchas ocasiones el problema está en un mal mantenimiento del grupo de presión o en el mal estado de las tuberías.
Con el tiempo, las tuberías se pueden obstruir por cal, óxido u otros residuos. Esto hace que el agua no fluya como debería, y además, afecta al rendimiento de otros sistemas del edificio, como las calefacciones o las calderas. Todo está conectado.
Un grupo de presión en buen estado es comodidad, salud y ahorro. Evita que vivas sin agua, que se averíen aparatos importantes o que haya riesgos sanitarios. Por eso, desde TBA Control de Agua te recomendamos que no lo dejes pasar: si vives en una comunidad de vecinos o gestionas un edificio, asegúrate de que el grupo de presión recibe las revisiones necesarias.





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