¿Tu trastero tiene ese olor a cerrado tan reconocible? 

¿Notas humedad en las paredes o cajas que se ablandan con el tiempo?

Vale, todo eso es bastante común, porque los trasteros son, probablemente, los espacios más olvidados cuando se trata de ventilación… y eso, a final, acaba pasando factura.

Aquí vamos a desmontar 5 mitos muy comunes sobre este tema, que, si los reconoces, es hora de dejarlos atrás y darle a tu trastero el aire (y cariño) que merece.

01.-“Con una rejilla basta”

Este es, sin duda, el mito más extendido.

Mucha gente, en realidad casi todo el mundo, piensa que instalar una rejilla en la puerta o en la pared es suficiente para ventilar el trastero. Pero la realidad es otra.

Por qué no es cierto

Una rejilla fija solo permite entrada o salida parcial de aire, y casi nunca genera circulación, que es lo que se necesita de verdad para ventilar. De esa manera, lo que pasa es que el aire se queda estancado, sobre todo en trasteros interiores o subterráneos (en ellos no hay diferencia de presión o corriente natural).

El resultado de esto es: humedad, condensación y malos olores.

La rejilla cumple una función estética o mínima, pero no sustituye un sistema de ventilación real, ya sea natural, cruzada o mecánica.

Lo ideal

Si el trastero no tiene ventilación cruzada (dos puntos opuestos de entrada y salida de aire), lo mejor es instalar ventilación forzada o mecánica. Esto se consigue con un pequeño extractor con sensor de humedad.

02.-“Solo hace falta ventilar en verano”

El calor nos hace pensar en aire fresco y ventiladores, y que con eso vale, pero la humedad no entiende de estaciones.

Por qué no es cierto

Durante el invierno, el aire exterior frío entra en contacto con las superficies del trastero que están más templadas y genera condensación. Eso significa que la humedad se acumula más fácilmente en épocas frías, justo cuando solemos cerrar todo “para que no entre frío”.

No solo eso, en muchos trasteros subterráneos, la temperatura es estable durante todo el año. Lo que realmente varía es el nivel de humedad. Por tanto, ventilar solo en verano no resuelve el problema de fondo.

Lo ideal

Mantén una ventilación constante y controlada todo el año, muy especialmente si guardas objetos sensibles como textiles, documentos o electrodomésticos, que pueden dañarse con mucha facilidad.

03. “Si no hay moho, no hay problema”

Otro clásico.

A simple vista parece que todo está bien, pero el moho es solo la última fase de un problema de humedad mal gestionado.

Por qué no es cierto

Antes de que aparezca el moho visible (esas manchas negras o verdosas en esquinas o paredes), el aire del trastero seguro que ya está cargado de esporas, gases y humedad ambiental.

Aunque no se vea, el ambiente deteriora poco a poco tus pertenencias: oxida herramientas, daña libros, pudre cartones y deja inservibles tus muebles. Y si el trastero está en un edificio comunitario, esa humedad puede transmitirse a otras zonas, como a los trasteros vecinos y hasta a la estructura del propio edificio.

Lo que puede hacer que un problema menor pase a otro mucho más importante.

Lo ideal

Instalar un higrómetro (medidor de humedad) es una buena forma de vigilar el ambiente antes de que aparezcan señales visibles. Lo más adecuado es mantener una humedad relativa entre el 40 % y el 60 %, si sube de ahí, revisa la ventilación o coloca extracción mecánica.

04. “Ventilar cuesta mucho y no compensa”

La idea de instalar un sistema de ventilación, así, de sopetón, suena cara o complicada, pero lo cierto es que hay soluciones económicas y de bajo consumo.

Por qué no es cierto

Los sistemas modernos de ventilación mecánica para trasteros o garajes comunitarios están diseñados para funcionar solo cuando hace falta, con detectores de humedad, temporizadores o incluso con placas solares. Además, el coste de no ventilar te aseguramos que es mucho mayor:

  • Reparaciones por moho o condensación.
  • Sustitución de pertenencias dañadas.
  • Olor permanente y muy difícil de eliminar.
  • Problemas de salud si se accede con frecuencia (hongos, ácaros, etc.).

Lo ideal

Un extractor de baja potencia con sensor de humedad puede costar menos de lo que imaginas y funciona de manera automática. También cuentas con sistemas híbridos (natural + forzada) que aprovechan las corrientes de aire para reducir el consumo eléctrico.

Date cuenta de que invertir en ventilación no es un gasto, sino una forma de proteger tus bienes y evitar daños a largo plazo.

05. “Los trasteros no necesitan tanto cuidado”

Este mito parte de una verdad: no es un espacio que usemos a diario. Pero eso no significa que debamos olvidarlo.

Por qué no es cierto

Los trasteros, la mayor parte de las veces, están en zonas bajas o cerradas, sin luz natural, con materiales porosos (yeso, cemento, madera). Todo eso los convierte en espacios propensos a acumular humedad.

Luego hay otro detalle: guardamos en ellos objetos que valoramos mucho, como recuerdos, ropa de temporada, equipamiento deportivo, documentos, electrodomésticos, …, y la humedad puede acabar con ellos.

Con el tiempo, un trastero mal ventilado se convierte en un microclima húmedo, perfecto para hongos, moho y corrosión. Y lo peor de todo es que los olores se impregnan en todo lo que hay dentro.

Lo ideal

Piensa en un trastero como en una extensión más de tu vivienda.

Haz revisiones periódicas, limpia cada cierto tiempo y asegúrate de que la ventilación funcione como debe. Un trastero limpio y ventilado dura años y años sin necesitar apenas ningún mantenimiento extra.

Insistimos en que la ventilación no es un lujo, sino una necesidad básica de una parte importante de tu hogar. Si tu trastero aún no respira, quizás ha llegado el momento de dejar que lo haga.

 

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