¿Cómo limpiar y desinfectar los aljibes para cumplir con la ley?

El origen de los aljibes es muy antiguo e inicialmente estaban destinados a almacenar el agua de lluvia. Hoy, estas estructuras almacenadoras son grandes depósitos de agua potable que con frecuencia se encuentran  a nivel subterráneo. Son muy necesarios en edificios que necesitan de un reservorio de agua potable para ser suministrado a todo el edificio.

La limpieza de aljibes apela a un proceso necesario para asegurar la potabilidad del agua y evitar atentar contra la salud de las personas. Los dueños de las instalaciones que posean reservas de agua, deben apegarse al Real Decreto 140 de fecha 7 de febrero de 2003, donde se establecen las condiciones que han de cumplirse para el mantenimiento y distribución del agua dispuesta al consumo humano. Como es agua estancada, el espacio necesita materiales que impidan filtraciones y contaminación, tal como lo establece el artículo 14:

“Los productos que estén en contacto con el agua de consumo humano, por ellos mismos o por las prácticas de instalación que se utilicen, no transmitirán al agua de consumo humano sustancias o propiedades que contaminen o empeoren su calidad y supongan un incumplimiento de los requisitos especificados en el anexo I o un riesgo para la salud de la población abastecida.”

El agua que llega hasta nuestros grifos necesita de un mantenimiento adecuado para asegurar que esté libre de contaminantes, olores y sabores que no solo desagraden sino que lleguen a enfermar al consumidor. Por ello, los dueños de estos depósitos deben contratar un personal calificado, que cumpla con la condición sanitaria y técnica para el tratamiento del agua, la desinfección y limpieza de aljibes.

Proceso de desinfección y limpieza de aljibes

El mantenimiento de estas estructuras debe hacerse al menos una vez al año, según establece la ley, sin importar el tamaño del aljibe. Para la limpieza de aljibes se debe contar con un equipo de trabajo mínimo de dos personas para reservas de pequeñas dimensiones. La ley establece que el personal que se ocupe de este oficio debe cumplir con el protocolo de seguridad y contar con un plan de acción que preestablezca materiales y equipo, teniendo en cuenta que estas estructuras son espacios confinados.

Los productos usados para la limpieza deben estar registrados en el Ministerio de Salud. Además, los trabajadores deberán entregar las fichas técnicas que constaten los productos utilizados en el proceso de desinfección y limpieza.

• Vaciado del aljibe: se debe proceder a eliminar los residuos sedimentados e incrustado en las paredes con el uso de hidrolimpiadoras. Asimismo, limpiar con cepillos usando detergentes para desinfectar, como el hipoclorito sódico. Este se deja actuar el tiempo que sea recomendando, normalmente 30 minutos por un rango de concentración de 20 a 30ppm, para una limpieza profunda.
• Después, se debe proceder a limpiar con agua a presión las paredes y el fondo del aljibe. El agua usada en el proceso de lavado debe ser igualmente potable.
• Por último, finalizada la limpieza y desinfección del aljibe, se debe llenar el depósito con el agua lista para ser distribuida.
• El depósito de agua debe cerrarse herméticamente y la zona en donde esté situado el aljibe no debe tener próximo residuos de basura o cualquier otro contenido que pueda ser contaminante.
• 15 días después, se recomienda llevar a cabo un análisis físico-químico y microbiológico para evaluar que los parámetros de potabilidad del agua sean adecuados. El examen determina características como pH, sabor, olor, turbidez del agua, entre otros; y el examen microbiológico examina la posible presencia de bacterias como la Escherichia Coli.

La desinformación sobre este proceso y su importancia permite que existan muchos casos en donde las personas consumen agua poco salubre debido a la falta de mantenimiento de las reservas de agua.