La calidad del aire interior es un factor esencial para tu salud y la de todos aquellos con quienes convives trabajas, y, aun así, a menudo se subestima la manera en la que entra la contaminación del exterior, y no se ponen demasiadas medidas para evitarlo.
Un error enorme, que lleva a situaciones en las que esas personas que respiran un aire contaminado por el exterior sufran síntomas que afectan a su salud física, emocional y a su productividad.
De eso es de lo que vamos a tratar en este post, de estos contaminantes del exterior que acceden a tu espacio, y de las medidas que puedes tomar para evitar los efectos adversos a tu salud.
¿Cuáles son las fuentes de contaminación exterior?
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Hay bastantes, depende también del entorno, siempre será más perjudicial el ambiente de una gran ciudad que el de una zona rural en la que el aire limpio es lo habitual.
Con eso, tenemos fuentes comunes que, en mayor o menor medida, afectan, ya sea de manera constante o temporal, una, los automóviles, que emiten gases como monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, y partículas finas.
Otra, industrias y fábricas, que con la quema de combustibles fósiles y demás actividades industriales liberan contaminantes atmosféricos, sin olvidar también las actividades de construcción, aunque de manera temporal, liberan polvo y partículas al aire.
Por otro lado, los contaminantes naturales también afectan al aire que respiramos a diario, ejemplos son el polen, el polvo y las esporas de moho.
Luego, cada una puede acceder a los espacios interiores por diferentes vías.
¿Cómo entran los contaminantes exteriores a tu espacio interior?
La principal vía de entrada, la ventilación natural, a través de ventanas y puertas abiertas, junto a los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado que desplazan esas partículas de aire exterior contaminado si no están equipados con filtros adecuados.
Añadimos una vía que se tiene menos en cuenta, esas pequeñas aberturas en las estructuras de los edificios que apenas se aprecian, pero con efecto nefasto en tu salud.
Efectos en tu salud del aire contaminado exterior
No queremos decir que en el mismo momento que inhalas aire con unas partículas contaminadas del exterior, tu salud vaya a complicarse, no es eso, pero sí lo es cuando esas inhalaciones se hacen de manera continua, cada día, en los espacios cerrados en los que pasas más horas en tu vida, tu residencia y tu trabajo.
La exposición prolongada a contaminantes del aire interior es la que tiene graves consecuencias para la salud, y es la que hay que evitar.
Problemas respiratorios
El aire contaminado en grandes exposiciones irrita las vías respiratorias y empeora condiciones como el asma y la bronquitis, muy peligroso por quienes sufren de esas patologías
Alergias
El polen, el polvo y las esporas de moho desencadenan reacciones alérgicas, cada vez más habituales, por la continua exposición a ellas, acentuadas por el cambio climático.
Enfermedades cardiovasculares
Quizás menos usual, pero su gravedad obliga que se tenga en cuenta, ya que estudios han demostrado una relación entre la exposición a la contaminación del aire y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
Problemas cognitivos
Una exposición a largo plazo a ciertos contaminantes llega a afectar a la función cognitiva y al rendimiento académico en niños, al igual que a la productividad en los ambientes de trabajo.
¿Cómo afecta la calidad del aire a la productividad?
Una buena calidad del aire mejora la concentración y reduce la fatiga.
La sensación de bienestar que se traduce en una mayor productividad, es todo lo contrario en el caso de un ambiente cargado y contaminado de partículas que respiras a cada momento y que perjudican a tu salud, tanto física como mental.
Algo similar a los entornos laborales, ocurre en los escolares, con el añadido de la especial vulnerabilidad de los niños a los efectos de la mala calidad del aire.
Por todo, ya se observa la importancia de mejorar y mantener una buena calidad del aire que se respira en interiores.
Tecnologías para mejorar la calidad del aire
La tecnología juega un papel esencial para conseguir esta mejora, con la posibilidad de utilizar equipos y dispositivos que nos facilitan tener un control de las características del aire, y de sus variaciones en todo momento.
Un ejemplo, sensores inteligentes, que monitorizan en tiempo real la calidad del aire, y ajustan automáticamente los sistemas de ventilación y purificación.
Los purificadores avanzados, que no solo filtran partículas, sino que descomponen químicos y eliminan olores, o los sistemas integrados, que combinan ventilación, filtración y monitoreo en un solo sistema, proporcionando un control completo sobre la calidad del aire interior, son otros elementos que puedes emplear para conseguirlo.
Cómo la contaminación exterior se filtra en los hogares
La calidad del aire interior está influenciada por la contaminación exterior, y ser consciente de cómo lo hace es esencial para tomar medidas que lo impidan.
Ya hemos visto que las vías de acceso de contaminantes más habituales son la ventilación natural, los sistemas de ventilación, y las grietas en la estructura, vamos a añadir uno más: la ubicación geográfica.
Los hogares cerca de carreteras principales, áreas industriales, o sitios de construcción están más expuestos a niveles elevados de contaminantes exteriores.
Sea como sea, es necesario tomar medidas que reduzcan su impacto en la salud.
Medidas para reducir la infiltración de contaminantes
Las hay sencillas, que puedes hacer en tu casa sin problema, solo requieren de un pequeño mantenimiento para reponer si es necesario, hablamos de masilla, burletes y selladores para cerrar cualquier abertura en puertas, ventanas y la estructura del edificio.
Abrir para ventilar en momentos del día cuando la calidad del aire exterior es mejor, como temprano o después de una lluvia.
Colocar alfombras y felpudos en las entradas reducen la cantidad de contaminantes que se introducen desde el exterior.
Otras ya son algo más complicadas, y no es tan sencillo hacerlo, pero sí tenerlo en cuenta e invertir en mejorar el aislamiento de las paredes, techos y suelos para reducir las corrientes de aire no deseadas.
Realizar el mantenimiento de los filtros de los equipos de calefacción y ventilación, o cualquier otro en el que haya un intercambio de aire interior/exterior, asegura que la entrada se hace a través de un elemento que cumple con su función, y no permite el paso de contaminantes.
Cuidar el aire que respiras en tan fundamental que merece la pena apoyarte en un mantenimiento profesional, para asegurarte de que todas esas acciones necesarias en los equipos y que no están a tu alcance se realizan cómo y cuando se necesitan.
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